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¡Celebremos la primera regla y la primera eyaculación!

By 21 mayo, 2020julio 30th, 2020No Comments

La primera regla, llamada menarquía, llega entre los nueve y los dieciséis años, y la primera eyaculación, la espermarquía, entre los once y los catorce años, aproximadamente. Ambas marcan el principio de la etapa fértil, es decir, a partir de ese día tu hijo o hija tendrá las características sexuales de la etapa fértil, que en los hombres acaba con la muerte y en las mujeres con la menopausia.

Cuando las personas se hacen fértiles experimentan dos grandes cambios que transforman totalmente su vida: producen fluidos sexuales y adquieren la capacidad de hacer el amor y de convertirse en padres y madres. En el caso de las hembras, a estos dos cambios se le añade un tercero: empiezan a experimentar los cambios hormonales cíclicos que les afectan a todos los niveles (físico, mental, emocional, sexual, espiritual).

Los fluidos sexuales

El primer cambio es la aparición de fluidos sexuales que antes no existían y el aprendizaje de cómo gestionarlos. Hay que hablarles sobre ello antes que los produzcan y explicar también lo que les pasa a las personas del otro sexo.

En el caso de los machos, a partir de la primera eyaculación convivirán con el semen y el líquido preseminal. Ambos fluidos pueden dar lugar a un embarazo. Tienen que saber que no manchan y cómo hacen acto de presencia: masturbándose, durmiendo o haciendo el amor.

Es muy importante que desde pequeños les hayamos hablado de estos fluidos y de la espermarquía, tanto para que tengan la información como para que el día en el que empiecen a eyacular no se sientan avergonzados o quieran esconderlo, que es lo que pasa en la mayoría de familias, porque nunca han hablado sobre ello. Puedes preguntar a los hombres de tu entorno si sus progenitores les explicaron qué era el semen y la espermarquía y si, llegado el momento, compartieron con ellos que habían empezado a eyacular.

En el caso de las hembras, unos meses antes de la primera regla aparecerá el flujo vaginal, que indica que ya se acerca la menarquía y que a partir de ahora hay que hablar a menudo sobre la regla. Es un buen momento para regalarle los materiales que necesitará para menstruar, ya que es importante que los conozca antes de que los necesite. Por extraño que parezca, ¡la mayoría de las niñas de 5º y 6º no han tocado nunca una compresa! Por otro lado, es un acto simbólico que ayudará a poner en valor este acontecimiento tan especial que se acerca, a hablar del tema y a que la chica esté preparada.

Cosas que podemos incluir en la caja para la menarquía:

Compresas de un solo uso, compresas de tela, tampones, copa menstrual para adolescentes, aceite de lavanda para masaje y un saco de semillas para reducir el dolor, un haramaki, algún libro sobre la primera regla, un diario del ciclo menstrual.

También podemos incluir objetos más simbólicos: algún objeto especial que ha pasado de madres a hijas, una vela para encender el día de la menarquía, etc.

A diferencia del semen, la menstruación puede aparecer estando en cualquier sitio, y sí que mancha y tiene un color vistoso. Por eso las chicas de esta edad están bien preocupadas por la primera regla, que además culturalmente la tenemos vinculada a vergüenza, suciedad, malestar, dolor, miedo.

Es imprescindible que hablemos sobre la regla a menudo y que expliquemos todos los cambios corporales y sensaciones que preceden la menarquía. La regla avisa antes de llegar. De hecho, empieza a hacerlo unos dos años antes, por lo tanto, tenemos mucho tiempo para que nuestra hija se vaya haciendo a la idea que está a punto de hacer este paso y la podamos preparar y acompañar bien. Básicamente, nos podemos guiar por tres indicadores: el botón mamario, el vello púbico y el flujo vaginal. ¡Si no tiene ninguno de los tres es que le faltan al menos dos años!

El día en el que llega la menarquía o la espermarquía es bonito y deseable hacer algún tipo de celebración familiar para acompañar a tu hijo o hija en este paso vital, dejar claro que se trata de un cambio valioso y repasar los conocimientos que hay que tener sobre la sexualidad fértil.

Se puede celebrar de mil maneras: haciendo una comida especial con los miembros del núcleo familiar, cantando y bailando de alegría en el momento de recibir la noticia, yendo a un sitio especial, con un regalo. Es importante haber consensuado con la persona homenajeada el formato y los invitados a la celebración, ya que se trata de un acontecimiento muy íntimo.

La capacidad de hacer el amor y de ser padres

A partir de que ya hay semen o regla, las personas ya pueden empezar a concebir y crear seres humanos. Para un momento y reflexiona sobre lo que eso significa: ¡el día en el que tu hijo o hija transite la espermarquía o la menarquía podrá tener descendencia y convertirte en abuelo o abuela!

Poco a poco irá apareciendo el deseo sexual fértil, que le llevará a querer masturbarse o hacer el amor. Quizás no tendrá relaciones sexuales hasta muchos años después, pero el deseo sexual fértil sí que aparece al inicio de la etapa fértil y muchos chicos y chicas lo exploran a través de la masturbación.

La aparición del deseo sexual no debe asustar a las familias. Al contrario, debemos darle el valor que tiene: es un gran regalo, pero también una gran responsabilidad. Las familias tienen miedo de este regalo porque la carencia de conocimientos por parte de los y las adolescentes sobre el sexo, la concepción, el embarazo, el parto, la lactancia y la maternidad/paternidad hace que haya muchos embarazos no deseados.

No se trata de tener miedo, sino de dar una buena educación sexual a nuestros hijos e hijas que nos permita dormir en paz. A partir de que tengan semen y menstruación, tienen que tener claro qué prácticas sexuales pueden dar lugar a un embarazo y cómo lo pueden evitar. Debe ser desde el principio, porque en realidad no sabes cuando tus hijos e hijas harán el amor por primera vez. Que nadie crea que esto es incitarlos a tener relaciones sexuales, todo lo contrario: una buena educación sexual retrasa el inicio de las prácticas sexuales de riesgo porque da la información y la seguridad para tomar decisiones responsables, y ayuda a ser consciente de todo lo que está en juego cuando haces el amor.

Debemos hablar a fondo sobre qué significa hacer el amor e ir mucho más lejos de la función reproductiva y la penetración vaginal. Piensa que el concepto que la mayoría de chicos y chicas de 5º y 6º tienen sobre las relaciones sexuales es que sirven para tener hijos y que consisten en que el pene entre dentro de la vagina, que es la versión que han escuchado en casa (una gran mayoría piensa que sus padres solo han hecho sexo para reproducirse, es decir, una, dos o tres veces).

Paralelamente, tienen la versión del porno y de las películas, que no encaja en absoluto con este concepto, y que finalmente será la que definirá qué es el sexo (tanto por la mayor exposición como por el mayor impacto de las imágenes respeto las palabras). O las personas adultas les hablamos claro y en profundidad, o solo se quedarán con la versión del porno.

Una vez hayamos ampliado la definición de hacer el amor tendremos que explicar que entre todas las prácticas sexuales que se puede hacer sólo dos tienen riesgo de embarazo: la penetración vaginal con el pene y la penetración vaginal con dedos que hayan entrado en contacto con el semen o el líquido preseminal.

Es importante que enseñemos a colocar el preservativo (en un plátano, por ejemplo) y que expliquemos que se puede romper, razón por la cual no es un método 100% seguro, como no lo es ninguno. El preservativo es el único método que protege de infecciones de transmisión sexual, por eso es el que se recomienda en la adolescencia. También hay que hablar sobre cómo detectar un embarazo, la pastilla postcoital y el aborto.

Una reflexión que es deseable compartir con los y las adolescentes es si están preparados para asumir las consecuencias que se pueden derivar de este tipo de prácticas sexuales con penetración. O si no es preferible gozar con tranquilidad de todo el resto de prácticas sexuales que se pueden hacer sin riesgo de embarazo y, menos el sexo anal, con menos riesgo de infecciones. Tenemos que desmitificar la penetración y dar el valor que merecen el resto de prácticas.

Devenir cíclica

Finalmente, en el caso de las mujeres, con la menarquía empieza el ciclo menstrual, que las hace bailar al ritmo cíclico de las hormonas de un polo de apertura (la ovulación) a un polo de recogimiento. ¡Se trata de un gran cambio vital! Se debe explicar muy bien y durante los primeros años tenemos que ayudarlas a entender qué les está pasando. Por otro lado, también es necesario que desde la menarquía conozcan qué es el ciclo reproductivo (concepción, embarazo, parto y lactancia) y cómo les afectará el día que lo experimenten.

Dejarlos solos o acompañarlos

Sé que es difícil hablar sobre todo esto con tus hijos e hijas, porque seguramente tus padres no lo hicieron contigo y tuviste que aprender por tu cuenta. Ahora intenta imaginar todo el malestar, el miedo y la vergüenza que te hubieras ahorrado si tus padres hubiesen hecho este trabajo. ¡Que esta reflexión te de la fuerza para superar la vergüenza y el miedo a innovar!

Celebremos la primera regla y la primera eyaculación de los hijos e hijas, para que tengan el acompañamiento y los conocimientos que nos faltaron a nosotros para vivir la sexualidad fértil con confianza, seguridad, responsabilidad y placer.

Artículo publicado en catalán en la revista de la escuela El Petit Plançó.

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