Muchos adolescentes y personas adultas piensan que el porno sirve tanto para entretener como para educar, pero no es así.
El porno solo es espectáculo, no enseña a hacer el amor, de la misma manera que las películas de coches sirven para entretener pero no para aprender a conducir.
Evitar que el porno se convierta en el educador sexual de nuestros hijos/as y adolescentes es uno de los grandes retos que tenemos los padres y las madres de nuestra generación en términos de educación sexual.
Internet ha redibujado los hábitos de consumo de porno: ya no se trata de la epopeya de conseguir una revista furtiva o un vídeo VHS clandestino, ni de interpretar las rayas del Canal+ a altas horas de la madrugada.
Ahora basta con tener una pantalla (móvil, ordenador, tablet…) y conexión a internet. Así de simple. Tanto lo uno como lo otro está en todas las casas y en todos los bolsillos, de modo que el acceso al porno está garantizado.
Los cambios que esto ha conllevado:
- El primer contacto se da a una edad cada vez más temprana (a menudo antes de los 12 años).
- El uso para masturbarse es mucho más intensivo que antes (en una semana, un adolescente puede consumir lo mismo que alguien de la generación anterior en toda su adolescencia).
El porno es una especie de fantasma que nos ronda, un convidado de piedra que se ha sentado a la mesa de nuestros hijos/as sin que nadie lo haya invitado.
Las preguntas clave:
- ¿Y qué hacemos?
- ¿Hay que intervenir o no?
- ¿Hay que poner límites o hay que dar manga ancha?
- ¿Cómo abordamos la cuestión?
- ¿Qué me toca hacer a mí como familia?
Es un tema que a menudo genera controversia, incomodidad e incluso bloqueo, porque no lo hemos hablado con casi nadie o, simplemente, no tenemos del todo claro qué pensamos al respecto.
El ser humano aprende mucho por imitación, y el porno moldea las relaciones sexuales de nuestros/as adolescentes para que sean a imagen y semejanza de lo que él propone.
El problema es que la imagen que el porno ofrece de las relaciones sexuales es violenta, sexista y fake, y así serán las relaciones de nuestros hijos e hijas con sus parejas si no les damos otro modelo, uno basado en el respeto, la escucha y la empatía.
Esta charla es un espacio donde pongo sobre la mesa un tema que pasa bastante desapercibido pero que, al mismo tiempo, es quizá el reto más importante de la educación sexual de hoy en día.
No se trata de juzgar si el porno es bueno o malo, sino de analizar qué ocurre a nivel individual y social cuando el porno se convierte en el principal educador sexual de las generaciones más jóvenes. Y, lo que es más importante, qué podemos hacer al respecto.
Recuerda que si quieres ahondar aún más en este tema, puedes echarle un vistazo al contenido de mi formación online, que lleva por nombre el mismo título que la charla: ¿Qué hacemos con el porno?
Detalles a tener en cuenta sobre la charla
¡Quiero evitar que el porno sea el principal educador sexual de mis hijos/as!
Durante el curso 2022-23 ofreceré esta charla en dos ocasiones y en dos idiomas: catalán y español. Asegúrate de que la fecha que escojas sea en tu idioma.