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Autotraición a lo muñeca hinchable

By 12 mayo, 2015octubre 14th, 2019No Comments

viaje al ciclo menstrual muñeca hinchableDejarnos utilizar como una muñeca hinchable por nuestras parejas cuando no tenemos ganas de sexo es uno de los males que siguen vigentes en las relaciones de pareja de hoy en día. Casi todas lo hemos hecho en alguna ocasión y a veces se vuelve incluso una práctica habitual.

Tres grandes mitos sustentan este fenómeno. El primero considera que los hombres anteponen la cantidad a la calidad y que no les es imprescindible que la mujer esté presente en cuerpo y alma en la relación sexual (con un agujero tienen bastante).

El segundo mito es el de que las mujeres tenemos la obligación de satisfacer las necesidades sexuales de nuestro compañero: hay unos mínimos que se deben cumplir y, si no es así, queda justificado que el hombre se queje, nos acose, manipule, chantajee y hasta nos abandone, puesto los pobrecitos no son capaces de autogestionar su propio placer dentro de una relación de pareja.

El tercer y último mito es el de que ser usada como una muñeca hinchable por nuestra pareja (que se nos folle con nuestro consentimiento pero sin nosotras desearlo) es totalmente inocuo, como quien friega los platos o cuida el jardín, y sólo es cuestión de ponerle un poco de ganas.

Pero en realidad, cuando permitimos que nos usen como un juguete sexual para que nos dejen tranquilas durante unos días, lo que pasa es que nos disociamos, nos desconectamos del cuerpo y de nuestra sexualidad para retirarnos a un lugar seguro y no sentir el dolor que provoca el ser usada. Algo se rompe en nosotras y en la relación, y esa grieta se va llenando de asco, desprecio, evasión, huida, odio, miedo. Deshacer el camino es difícil, y a veces imposible.

Al mismo tiempo, cuando los hombres nos usan de muñeca hinchable reducen su propia sexualidad a meterla en un agujero calentito pero inanimado, vacío, y se alejan de la intimidad sexual con un ser completo, de modo que entran en una espiral de insatisfacción en la que nosotras huimos y ellos nos persiguen.

Debemos tenerlo bien claro: 1) los hombres son perfectamente capaces de responsabilizarse de su propio placer y encontrar maneras de satisfacer sus necesidades sexuales sin dañar a la persona a la que aman ni a ellos mismos, 2) la sexualidad y el placer de nuestra pareja no es responsabilidad nuestra y 3) el dejarse usar cual muñeca hinchable se cobra un alto precio para ambas partes.

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